Un cliente nos mandó un vibro Rösler R1050 A con solo 3 años de uso cuyo recubrimiento se había levantado por completo en una determinada zona. Al estudiar más a fondo la zona, nos dimos cuenta que la chapa de la rampa estaba también agrietada, por lo que se procedió a un primer quemado del recubrimiento para poder quitar la rampa. Una vez eliminada, se estudió la pendiente adecuada para diseñar las piezas que iban a conformar la nueva rampa de subida. Tras un trabajo muy laborioso de soldadura para adecuar la rampa pieza a pieza, se quemó, granalló y estabilizó la cuba para poder recubrirla con goma especial antiabrasiva. En la zona más castigada anteriormente se le dio 40 mm de espesor para evitar daños anteriores. Después se pintó tal y como vino el vibro y vuelta al cliente.
Antes
Después