Un cliente nos mandó unas fotos de su vibrador en el cual el recubrimiento de poliuretano se le había levantado en una zona concreta y estaba en chapa viva. Se fue allí, se desmontó y se trajo a nuestras instalaciones para realizar todo el proceso de reparación.
El primer paso fue limpiar toda la zona para poder realizar las mediciones de espesores, para saber dónde proyectar más o menos poliuretano. Una vez tomadas las medidas, se granalló la zona dañada para así sanearla y tener rugosidad, algo imprescindible si queremos que agarre bien el parche. Tras el granallado, se llevó a la sección de recubrimiento donde se le dio rugosidad a toda la zona y se le aplicaron tres tipos de imprimaciones (dos para el metal y una para el poliuretano), todo ello siempre a 20 grados de temperatura y una humedad por debajo del 40%.
Una vez secas las imprimaciones, se le proyectó poliuretano hasta ver que el agujero estaba lo suficientemente tapado con un buen espesor.
Por último, tras 5 días de cura a 20º C donde el poliuretano alcanza la carga química y mecánica plena, se bisela el petache o parche para que no haya tanto resalte a la hora de trabajar las piezas con los chips.
La máquina lista para trabajar de nuevo.